El día amaneció nublado y durante toda la mañana tuvimos la amenaza de lluvia, llegando en algún momento a caer unas gotas, que hicimos como si no cayeran, porque teníamos muchas ganas de hacer este taller y no queríamos que nada lo estropeara y tuviéramos que recoger.
Éramos 5 personas mas la monitora. Nunca había hecho jabones, a pesar de que mi abuela utilizada, como en muchas casas, el jabón que ella misma hacia con sosa y el aceite utilizado en la cocina, así que iba bastante, por no decir, muy perdida.
Empezamos con la fabricación del jabón de Castilla que en nuestro caso elaboramos en frio. También se puede hacer en caliente pero además de que hubiéramos tardado mucho porque solo teníamos una cocina, al calentar la sosa caustica, los vapores son muy peligrosos y a pesar de encontrarnos a cielo abierto preferimos seguir el proceso en frio.
Lo primero fue mezclar, en la proporción adecuada, el agua y la sosa caustica. Tras remover hasta la disolución de la sosa (con mucho cuidado y protección, ya que la sosa es muy peligrosa por su característica abrasiva) se deja reposar un mínimo de 3 horas y un máximo de 6 horas.
Mientras reposaba la mezcla, nos dedicamos a elaborar jabón de glicerina. Sinceramente a mi me gusto mucho mas este proceso. Lo encontré más seguro, más rápido, tanto de fabricación como la utilización del jabón, y muchísimo mas creativo, ya que al jabón con glicerina se le puede añadir un montón de colorantes, aceites esenciales y plantas para darle diferentes propiedades: calmante, antiséptico, antiinflamatorio, hidratante...
Lo más difícil fue elegir que quería ponerle a la glicerina porque María nos trajo una gran variedad de flores, aceites y aromas. Aquí podéis ver algunas.
La glicerina la derretimos al fuego, bueno al baño María, añadiéndole los aditivos y removiendo continuamente hasta que quede todo bien compactado. Después y sin demora, lo pasamos a los moldes de silicona previamente untados de glicerina liquida para facilitar después sacarlos una vez secos.
No seáis dura/os con mi aspecto, porque además de que hacia viento, mi pelo lo corrobora, ante la posibilidad de mancharse la ropa de forma irreversible, tampoco era cuestión de ir de punta en blanco. 😁
Aquí me veis en plan calurosa, pero nos pusimos la chaqueta porque hacia frio, cosa que nos vino bien para hacer el jabón ya que con calor no es aconsejable hacerlo.
Mis compañero y compañeras hicieron diferentes combinaciones a cual mas original, dependiendo de sus gustos y necesidades ya que estos jabones son para utilizarlos en el cuerpo y cabello. En la parte inferior podéis ver la variedad. Los míos quedaron con un color no muy llamativo debido a la arcilla, imagino.
Para compartir las diferentes combinaciones utilizamos estos moldes pequeños de los que salieron pequeños jabones porque tampoco hicimos gran cantidad.
Los jabones de glicerina secan rápido, así que nos dio tiempo a desmoldarlos y llevárnoslos. ¡Ay! No me digáis que no son bonitos y variados. Y no os imagináis lo bien que huelen, de hecho, los míos van directos al armario como ambientadores mientras llega el momento de utilizarlos en el baño.
No nos olvidamos de la mezcla de agua y sosa caustica que esta en reposo, y pasadas las 3 horas (con la amenaza de lluvia estábamos muy pendientes del reloj) calentamos el aceite usado y lo añadimos poco a poco a la mezcla removiendo al mismo tiempo.
A partir de ese momento estuvimos removiendo la mezcla continuamente y a velocidad constante siempre en la misma dirección hasta que parecía que la mezcla ya estaba a punto para echar en los moldes. Esta vez los moldes eran bastante mas grandes y de madera para que pueda secarse bien el jabón dado el tamaño y espesor.
Todos los procesos en los que interviene la sosa caustica hay que realizarlos con guantes y gafas, añadiendo mascarilla en caso de hacer el jabón en un lugar poco ventilado, pero hay que tener mucha precaución al remover y al proceder al volcado porque puede salpicar la mezcla y quemar cualquier parte del cuerpo o de la ropa, así que máxima concentración.
El jabón de Castilla con el aceite usado una vez puesto en los moldes solo queda esperar sobre 30-60 días a que "cure" y ya se puede utilizar. Al ser de aceite usado y no sabíamos de que tipo de aceite porque estaba todo mezclado, pues decidimos hacer jabón de Castilla con aceite limpio.
Mi compañero utilizo aceite puro de oliva de extracción en frio; dos compañeras utilizaron aceite de orujo comprado y otra compañera y yo utilizamos aceite de oliva virgen extra de compra, pero en este caso los trabajamos por separado.
El proceso es el mismo pero al utilizar menos cantidad decidí ponerlo en unos moldes de silicona y al quedar mas bonitos regalarlos.
Los dejamos reposar y unos días después algunos jabones se han sacado del molde, pero no estaban bastante secos y se han roto. Tengo fe en los ositos que van a seguir secándose unos días.
Los dos procesos de hacer jabones os los he contado muy resumido, pero empezamos a las 9:30 h de la mañana y terminamos a las 16:00h de la tarde. Como veis se necesita tiempo y paciencia. Claro que si lo hacéis con una compañía tan buena como la que yo tuve, el tiempo pasa volando entre risas.
Espero que os haya gustado y si tenéis oportunidad, os aconsejo hacer jabón artesano porque es bueno que no se pierdan los conocimientos de nuestras abuelas, que además son sanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por visitar mi blog
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.